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¿Cómo iniciarse en el Judaísmo Nazareno?

Los Primeros Pasos

Muchas han sido las personas que han anhelado con toda su alma volver a las raíces hebreas de su fe; pero, ignoran cuales son los pasos a seguir. Este artículo fue hecho con el propósito de ayudar a todos aquellos que anhelan elevar su espiritualidad dentro de la religión de Israel. Las sugerencias que a continuación se proponen han sido probadas de manera experimental y bíblica por muchas personas y aun congregaciones enteras:

  • Déjese guiar. El judaísmo en general y el judaísmo nazareno en particular se basa en la instrucción como elemento formativo del carácter y el espíritu. Esto significa que todo aquel que desee servir al Ser Supremo de Israel debe ser enseñable y estar dispuesto a los cambios. Debe pasar a través de un proceso de instrucción que le permita familiarizarse con la teología y prácticas de la religión del cielo, el judaísmo. Tal cosa se dice con facilidad pero requiere gran humildad. Por tanto ¡Este dispuesto a aprender de nuevo! Sin embargo, es necesario recalcar algo extraordinariamente importante: Elija cuidadosamente a su maestro tomando como base las Escrituras, no las apariencias. Considere lo siguiente: Si usted va a ser intervenido quirúrgicamente, usted exige que la persona que le va a operar sea un médico debidamente capacitado por una escuela de medicina reconocida. Usted no puede ponerse en manos de un irresponsable, un charlatán o un neófito. De la misma manera si va iniciarse en la senda del judaísmo, usted debe ser guiado por una persona experta y honesta.

  • Esté preparado a analizar críticamente sus creencias anteriores: Aprender judaísmo nazareno conlleva además de una fase destructiva, otra constructiva. No deberá sorprenderle que ambas ocurran simultáneamente. Muchas doctrinas aprendidas en los seminarios y trasmitidas a las congregaciones cristianas través de los púlpitos deberá someterlas a una revisión altamente crítica. Algunas deberán descartarse como no bíblicas por ser invención pura o poseer un trasfondo pagano o filosófico helenista. Un elocuente ejemplo es la llamativa fiesta de la Navidad, la cual no tiene nada en tiempo ni en propósito con el nacimiento del Mesías de Israel. Su origen es una mezcla ecléctica de misterios orientales con ritos grecorromanos de la fertilidad. La celebración de esta fiesta el 25 de Diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios Sol en el solsticio de invierno o Natalis Invicti Solis adaptada por la Iglesia Católica en el siglo III E.C. para permitir la conversión y absorción de los pueblos paganos. En cambio, como substitución de esa aparente “perdida” deberán asimilarse verdaderas fiestas bíblicas, que según muchos predicadores mal informados “han sido clavadas en la cruz” como Shavuot, Yom Kipur, etcétera. Otras doctrinas deberá ajustarlas adecuadamente a una nueva óptica, tal es el caso de la mesianología (o cristología) de Yahushúa (Jesús) y la naturaleza del Eterno; la cual desde el enfoque grecorromano da como resultado una fe intelectual, filosófica en un Dios encarnado, en la segunda persona del Dios Trino. Mas desde el punto de vista hebreo produce una fe bíblica en el Padre de Todo y un Mesías de un alto nivel espiritual, pero nunca un Mesías Dios. Jamás una Trinidad.

  • Estudie la Toráh: La palabra Toráh, significa instrucción, dirección, enseñanza. La Toráh se compone de cinco libros llamados Jumashim o Jumash: Bereshit (Génesis), Shemot (Éxodo), Vayikrá (Levítico), Bamidbar (Números) y Devarim (Deuteronomio). La Toráh fue entregada a Israel en el Monte Sinaí y contiene preceptos, estatutos, leyes, la descripción de la creación del mundo y el comienzo de la humanidad, la historia de los patriarcas y los orígenes del pueblo hebreo hasta la muerte de Moshé Rabenu ¿Por qué ha sido puesta por el Eterno como el centro del conocimiento religioso? Por una razón muy sencilla: En ella se halla contenida todo lo que hoy conocemos como la cultura hebrea. Todas la culturas del mundo tiene aspectos hermosos y otros francamente erróneos; empero la cultura hebrea está cimentada, derivada y desarrollada a partir de la Toráh misma. Shaúl ha Tarsí, también conocido como Pablo, atestigua que su origen son los mismos cielos (Ro. 9:4). Por tanto, entrar a la cultura de Israel es ingresar al mundo de la Toráh. Este paso es en sí mismo un enorme avance, tomado en cuenta los siglos de desprecio, calumnias y malentendidos que han girado en el mundo alrededor de la Toráh. Pero es la Toráh la que ha garantizado la supervivencia de Israel a través de las edades. Tradicionalmente en el judaísmo se estudia la Toráh en ciclos de un año de duración, divididos en 54 secciones escogidas de la Toráh, los profetas y el Brit ha Dashá. Esas secciones reciben el nombre en hebreo de parashot, (parashá en singular). Los nombres y contenido de cada sección o parashá se pueden obtener en un Jumash; o sea en un libro que contiene los Cinco Libros de Moisés (de venta en las tiendas llamadas judaicas).

  • Empiece edificando la base de todo el edificio: No trate de tomar atajos o edificar desde el techo mismo. Algunas congregaciones deseosas de incursionar en el judaísmo nazareno han pretendido desarrollar su judaidad haciendo uso de la Cábala (Misticismo hebreo) como norma total de la verdad revelada e ignoran completamente la Halajá y la Agadá. Y como es sabido que el ser humano no busca compromisos, el misticismo es excelente instrumento de evasión. Así, el estudiante del judaísmo se preocupa demasiado de las diez emanaciones sagradas pero casi nada del primer mandamiento. Lucha por comprender las puertas del cielo pero no sabe celebrar Shajarit. Ignora voluntariamente el Shabat, las fiestas solemnes, las leyes de Nidá y de kashrut, etcétera. Incuestionablemente, los grandes sabios de Israel recomiendan que se estudie Cábala. Pero únicamente tras haber estudiado por los menos cuarenta años la Toráh. La razón radica en las Escrituras mismas, “A la Toráh y al Testimonio (Toráh Oral) si no digieren conforme a esto es porque no les ha amanecido” (Is. 8:20). La Toráh es literalmente la base de toda la estructura del judaísmo, lo demás viene tras la edificación de los cimientos, ignorarla equivale caer y enseñar el error.

  • No trate de cambiar al judaísmo bíblico nazareno. Muchas personas se aproximan al judaísmo nazareno con una actitud errónea, tomando únicamente aquello que desean o juzgan conveniente con el solo propósito de embellecer sus propias enseñanzas ¡Grave error! Eso mismo hicieron los Padres de la Iglesia. El judaísmo bíblico, específicamente el nazareno, es una unidad, una entidad holística. El calendario, las fiestas solemnes, la liturgia, la lengua hebrea, las leyes de alimentación, y otros muchos elementos forman parte de un todo y no están sujetos a cambios, gustos o preferencias. Por supuesto usted va a ir adquiriendo su judaidad poco a poco, y no de golpe, y ese proceso puede durar largos años. Sea paciente y constante.

  • No mezcle creencias: Es posible que para algunos, el abandonar las costumbres de “hablar en lenguas”, “recibir el espíritu”, “el culto a María y los santos” o “bautizar en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, llamar al Mesías “Jesús”, y al Eterno “Jehová”, y otras muchas tantas represente una renuncia enorme por su valor estimativo o familiar. Sin embargo, todos estos elementos son propios de algunas corrientes cristianas, no del judaísmo en general. Poco a poco usted ira adquiriendo el conocimiento para separar lo bueno de lo espurio. Por tanto, busque lo bueno, lo auténtico y lo puro.

  • El Shabat es importante: Empezar a reunirse en la mañana del Shabat[1] y no el sábado por la noche, (lo cual es de acuerdo al día bíblico, domingo), es quizás unas de las experiencias más remuneradoras que usted pueda tener. En la mayoría de las sinagogas ya establecidas ocurren dos servicios: Uno en la mañana con el propósito de leer y estudiar la Toráh, llamado Shajarit; y el otro justo antes de la puesta del sol, el cual actúa como clausura del día santo. ¿Por qué es relevante tomar en serio el Shabat desde el principio mismo? Porque el Shabat es la consagración al Eterno de un día del periodo semanal como autor del universo y del tiempo. Es el anillo de bodas del pueblo de Israel. Siendo así, es obligatorio que el justo se abstenga de trabajar para sus propios fines o intereses, ya que trabajando tomaría el día para sí mismo en lugar dedicar su actividad al Todomisericordioso. Después de la alianza Sinaítica, Adonay mantuvo su relación con Israel como Adón de la Alianza. De ese modo el Shabat también llegó a convertirse en una señal y su observancia en un reconocimiento de dicha alianza:

“Di a los israelitas: No dejéis de guardar mis sábados, porque el Shabat es una señal entre mí y vosotros, de generación en generación, para que sepáis que yo soy Yahwéh, el que os santifico” (Éx. 31: 13). Pero mientras el Shabat es ante todo un día religioso, tiene también su lado social y filantrópico. (Dt. 5: 14). Con motivo del doble carácter, religioso y filantrópico del día, se dan dos diferentes razones para su observancia. La primera está tomada del descanso del Padre en el séptimo día de la creación: (Éx. 20:11; 31:17). La segunda, como recordatorio de los beneficios del Eterno a Israel, el Shabat es un día de alegría (Is. 57:13; Os. 2:11; Lm. 2:6). Por último, ha de señalarse que no se ayuna en Shabat (Jdt. 8: 6) por el contrario, los alimentos más selectos son disfrutados. Disfrute el Shabat.

  • No trate de aparentar lo que no es: No se presente ante las gentes como si fuera judío de sangre. Tal cosa no solo es deshonesta sino que desprestigia al judaísmo nazareno como corriente religiosa a ojos de propios y extraños. Usted puede decir, en cambio: “Yo soy boliviano de religión judía”, o “Yo soy mexicana practicante del judaísmo”. De igual forma, se le recomienda que no acostumbre a usar atuendos que no le corresponden. Por ejemplo, algunas personas deseado establecer una identidad judía copian la usanza de los judíos de Europa Oriental (askenazis), tomado los atuendos propios de los grupos  Lubavitch, Breslov, Edah Haredit o Neturei Karta para solo nombrar unos cuantos. Adoptando abrigos, gabardinas, trajes y sombrero negros. Dejándose crecer los caireles a los lados de la cabeza. Todo esto diluye y reduce la veracidad y credibilidad del judaísmo nazareno como corriente autentica del judaísmo en general. Nosotros como alumnos de nuestro Santo Maestro, Yahushúa ha Mashíaj hemos es establecer la identidad judía nazarena con respeto, dignidad y valor, no la judía ortodoxa askenazi. Recuerde que la sinceridad es la sencilla norma que nos libera.

  • No se adjudique el título de rabí: Las dignidades ministralicias no son intercambiables entre el cristianismo y el judaísmo. Si usted ostenta el cargo de sacerdote, pastor, ministro o reverendo en una iglesia cristiana al aceptar el judaísmo, tal cargo no lo convierte automáticamente en un rabí. De la misma manera que, en el caso de un reverendo protestante que se adhiera a la fe católica, su conversión no le otorga el título de cardenal. Para alcanzar el título de rabí usted necesita asistir a una Yashiva legalmente registrada y tras haber cursado varios años de estudio, ser debidamente ordenado por otro rabí, quien a su vez ha sido legalmente ordenado. Dicha ordenación tiene un valor legal y académico al igual que los títulos extendidos por una universidad de abogado, químico, médico o ingeniero, además de ser estrictamente regulados por la ley. Adjudicarse falsamente un título profesional, incluyendo el de rabí, es un delito serio y penado con multas y cárcel en la mayoría de los países. Esto no es rigidez monolítica, es respeto a sí mismo como individuo, a las congregaciones religiosas como entidades de bien, a las leyes nacionales emanadas de los gobiernos, y al judaísmo como religión del cielo. Entonces, ¿Qué hacer si usted ya tiene la responsabilidad de dirigir una congregación y desea introducirse al judaísmo? Dos cosas: Capacítese y preséntese como el líder religioso de la grey de una manera digna, tomando títulos humildes como roe (pastor) o moré (maestro) pero jamás como el rabí. El Centro de Estudios Judío Nazarenos imparte cursos avanzados para morenim. Invierta en usted, inscríbase en uno de ellos.

  • Sea un servidor: Uno de los vicios más nocivos de otras corrientes religiosas es la arrogancia de sus líderes. Los cuales actúan como reyes en algunas ocasiones, como dictadores en otras, y la mayor parte del tiempo como dueños de vidas y haciendas. El abuso del poder es manifiesto, el maltrato a la grey es notorio. Yahushúa Rabenu enseñó: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Ben Adám no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20:25 - 28). Si usted es el pastor de la grey, lleve esto en su mente y corazón en todas las ocasiones. Aun aquellas que aparentemente no tienen importancia. Por ejemplo: Si hay una comida comunal en su congregación, invariablemente usted va a ser el último en servirse y en comer, no el primero ni el que se sirve varias veces antes que todos. Observe con detenimiento este pasaje: “Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud”, (Mt 14:19). El Mesías tomó la comida y procedió a su distribución. Ni Él ni sus discípulos comieron antes que la multitud. El judaísmo nazareno es la personificación del servicio humilde, sincero y ejemplar.

  • Conozca el ritual hebreo: El cual es sumamente bello y reverente. Conviene aprenderlo desde los primeros días, para ello adquiera un Sidur. El Sidur es una recopilación u orden de plegarias para todos los días de la semana, los sábados y las festividades, pero no sólo eso: es el libro que acompaña al judío desde su nacimiento (brit Milá) hasta el día de su muerte (halvaiá) y contiene plegarias, bendiciones, súplicas, cánticos, agradecimientos y también capítulos de Tehilim (Salmos), el texto de Pirke Abot y explicaciones a diversas normas y costumbres. Su estructura es una sola, pero las versiones difieren de acuerdo con las costumbres de las comunidades en los diversos países. No obstante, el Sidur puede tener un aspecto negativo. Si la congregación adopta un Sidur ortodoxo, digamos el más popular en lengua castellana, el Sidur Bircat Shelomó,[2] es muy posible que poco a poco la congregación sea llevada por la corriente ortodoxa, y finalmente se fraccione o sea del todo absorbida por esa línea. Lo ideal es que se busque un Sidur Nazareno, (Ya existen algunos en el mercado) o se escriba alguno tomando como base otro Sidur ya editado.

  • Judaísmo sí, pero con Yahushúa el Mesías: Ciertas personas se apasionan tanto del judaísmo y desean con tal ansia identificarse con el pueblo hebreo que finalmente optan por dejar, para su propia perdición, a Yahushúa ben David ha Mashíaj. Cuando esto ocurre la ignorancia, las emociones, el ego y la baja autoestima de la persona son elementos motores de su alejamiento; raramente las cuestiones teológicas. Por tanto, siempre recuerde que su meta es reunirse con el Padre no con Judá, el hermano mayor.

  • Enriquezca su biblioteca: Aparte del Sidur, existen una serie de libros de gran utilidad que todo judío piadoso posee. La lista es grande, pero los siguientes títulos son los más importantes: “Mishne Toráh” por Moisés Maimónides; “Shuljan Aruj” Sefardí por Yoséf Caro; “Toráh” con Rashí, son los cinco libros de Moisés comentados por Sholomó ben Itzjak (5 volúmenes); “El Midrash Dice” (5 volúmenes); “Rezar como Judío” por Hayim Halevy; “Libro Judío del Por Qué” por Alfred Kolatch; “Diccionario Hebreo Español con Fonética” por varios autores.

  • No se decepcione si no todos aceptan el mensaje del judaísmo nazareno. Recuerde que el judaísmo no es para todos, en realidad es de unos cuantos cuidadosamente escogidos, no por el hombre sino por el cielo.

  • En caso de dudas o preguntas: Escribanos o mejor aún, llámenos, somos sus amigos y deseamos ayudarle.

[1] Reunirse el sábado por la noche no es celebrar Shabat porque de acuerdo a la Toráh los días son contados de atardecer a atardecer. En otras palabras, el Shabat inicia el viernes al caer el sol y termina el sábado al atardecer. Una reunión comunitaria que se celebre durante la noche del sábado es un culto religioso efectuado el primer día de la semana. Es continuar manteniendo, sea por cuestiones económicas, laborales o personales la tradición dominical cristiana.

​[2] De: Aryeh Coffman y Yaacob Ben Isjac Huerin.

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